La pandemia y la incertidumbre que se dibuja a nivel global y sobre las estructuras socioeconómicas de Europa sitúan a Euskadi en una encrucijada de renovación similar a la que ya afrontó durante los años 80
Confebask destaca, en su último Newsletter sobre Dimensión Empresarial, que las grandes y medianas empresas "están resistiendo algo mejor la crisis del covid-19" que las pequeñas y las micropymes, ya que su cifra se ha reducido en menor medida y cuentan con menor porcentaje de trabajadores en ERTE. En concreto, estos expedientes afectan al 95% de la plantilla en las empresas vascas de menos de diez trabajadores y a entre el 65% y el 70% en las compañías de más de 50 empleados.
Los precios industriales bajaron un 0,2% en mayo en relación al mes anterior y se desplomaron un 8,7% en tasa interanual, su mayor disminución desde el comienzo de la serie, en 1975, según publica hoy el Instituto Nacional de Estadística (INE), que ha recordado que con la declaración del estado de alarma muchas empresas cesaron su actividad o recortaron su producción.
Con el recorte interanual de mayo, que es tres décimas más pronunciado que el de abril, los precios industriales encadenan doce meses consecutivos de tasas negativas.
Europa empieza a dejar atrás lo peor de la crisis del coronavirus y la confianza sobre la economía se recupera. El índice PMI, de la consultora IHS Markit, ha pulverizado este martes todas las previsiones con unos registros esperanzadores que reflejan el cambio de tendencia provocado por la desescalada.
Con los indicadores publicados en los últimos días disponemos ya de bastante información sobre la magnitud de la caída de la actividad económica sufrida durante la etapa más estricta del confinamiento, aunque aún es escasa la relativa a la recuperación experimentada tras el inicio de la desescalada.
El sector servicios registró un descenso de su facturación del 41,4% en abril, su mayor caída de toda la serie histórica, debido a la crisis del Covid-19 que provocó la declaración del estado de alarma y la entrada en vigor, durante dos semanas, del permiso retribuido recuperable para trabajadores no esenciales, lo que dio lugar a la "casi total" paralización del sector servicios en la primera mitad de abril, según ha informado este lunes el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Con la revelación en fechas recientes de los planes de ayuda al turismo y al sector del automóvil, y la probable extensión de los ERTE, se abre una nueva etapa en la respuesta a la crisis derivada de la pandemia. Para la política económica se trata de adaptar los dispositivos a un impacto que está siendo muy desigual, y que por tanto requiere de un cambio en la estrategia para que la recesión no se cronifique. Y que el déficit público sea asumible, algo que solo ocurrirá si la economía inicia una senda de fuerte recuperación.
Los sistemas sanitarios globales fallaron por completo a la hora de anticipar la magnitud de la pandemia del coronavirus, pero los economistas no estuvieron mucho más finos.
Las perspectivas del tejido empresarial guipuzcoano mejoran según avanza el proceso de desescalada, pero no abandonan el pesimismo sobre las duras consecuencias que va a acarrear la crisis del COVID-19. Un reflejo de este sentir son los resultados de una encuesta de la Cámara de Gipuzkoa, en la que el 73% de las empresas del territorio afirma que su facturación caerá más del 20% y cuatro de cada diez admite que deberá reducir el empleo.
Las previsiones económicas siempre son polémicas. Los políticos las usan para cuadrar sus presupuestos, los opositores siempre encuentran algún organismo pesimista y muchas veces es complicado determinar quién va a tener razón.
Pero con la crisis del coronavirus en todo el mundo las previsiones son más imprecisas que de costumbre. ¿Podemos fiarnos de ellas? Si por regla general no son muy exactas ahora aún menos, con una incertidumbre mayor en el horizonte.