El Producto Interior Bruto (PIB) se desplomó un 18,5% en el segundo trimestre respecto al anterior y retrocedió hasta un 22,1% en tasa interanual en mitad de la pandemia del Covid-19, según ha publicado hoy el Instituto Nacional de Estadística.
La caída registrada entre abril y junio es 13,3 puntos superior a la de los tres primeros meses del año cuando se contrajo un 5,2%. De esta forma, España entró oficialmente en recesión al sumar dos trimestre consecutivos en negativo.
La economía de Estados Unidos se ha desplomado un 32,9% en el segundo trimestre. La cifra ha sido mejor que las previsiones, que apuntaban una caída de más del 35%, pero supone la mayor debacle económica desde la Segunda Guerra Mundial.
El dato está marcado por las medidas de confinamiento, que han supuesto el cierre masivo de negocios y comercios. En el primer trimestre, la caída fue del 5%, lo que puso final de manera abrupta al ciclo alcista más largo en la historia de Estados Unidos, que se ha prolongado durante más de diez años.
El producto interior bruto (PIB) de Alemania, la mayor economía europea, se hundió en el segundo trimestre de 2020 un 10,1% respecto de los tres meses anteriores, cuando la 'locomotora europea' había registrado ya una contracción del 2%, según la estimación preliminar publicada por la Oficina Federal de Estadística (Destatis).
La actividad privada en Alemania y Francia ha rebotado con fuerza en el mes de julio tras el levantamiento de las restricciones por la pandemia, según reflejan los respectivos índices PMI, que se han situado en máximos de los últimos 23 meses en el caso germano y de los últimos 30 meses en el país galo, confirmando la entrada en "fase de recuperación" de las dos mayores economías de la UE, según IHS Markit.
Una de las principales diferencias entre esta crisis y la que se desató hace una década como consecuencia de los desajustes estriba en el contexto internacional. Tras una contracción en 2009, el comercio mundial de bienes y servicios se recuperó y mantuvo una senda expansiva incluso durante los periodos de tensión sobre la solvencia de nuestro país, en 2011-2012.
La actividad del sector privado de la zona euro ha acelerado su expansión en el mes de julio tras el levantamiento de las restricciones por la pandemia de coronavirus, según refleja el dato preliminar del índice compuesto de gerentes de compras (PMI), que ha alcanzado los 54,8 puntos desde los 48,5 del mes anterior, su mejor lectura en 25 meses.
El Covid-19 ha llevado al País Vasco a la recesión. El Producto Interior Bruto (PIB) de Euskadi en el segundo trimestre de 2020 se ha derrumbado un 20,1% en relación a un año atrás, según las estimaciones del Avance de Cuentas Trimestrales publicadas hoy por el Instituto Vasco de Estadística (Eustat).
El fondo europeo de recuperación está acaparando buena parte del debate, con la cuestión de una hipotética condicionalidad como principal punto de enfrentamiento. Sin embargo, para el futuro de la economía española, éste será sin duda un asunto menos relevante que la evolución de nuestros propios presupuestos, la puesta en marcha de reformas que respondan a los desequilibrios económicos y sociales que arrastra el país, y el mantenimiento de las actuales condiciones de financiación facilitadas por el BCE.
Mayo supuso el principio de la salida del túnel de la crisis sanitaria y también de la parálisis económica que produjo el coronavirus. Mientras los diferentes territorios vaciaban progresivamente sus hospitales e iniciaban un lento desconfinamiento, la economía despertó del letargo a la que había sido sometida tras la irrupción de la pandemia. El retorno de la actividad se produjo tanto en la industria como en los servicios.
La crisis del coronavirus ha transformado la forma de consumir de los españoles y los ha hecho más selectivos y precavidos, tanto por su situación financiera como por su seguridad ante el Covid, según un estudio de KPMG, que parte del hecho de que el 58% de los españoles asegura que su economía doméstica ha empeorado durante la pandemia, un agravamiento más acentuado que en la media global (52%). En España llega al punto de que un 53% califica su situación financiera de sensible o preocupante.