Mucho se ha escrito sobre si la economía ha entrado en fase de desaceleración, o si por el contrario la expansión continúa, aunque de manera más moderada tras el rebote inicial de la recuperación.
El sector manufacturero de la zona euro ha permanecido en fase de contracción durante un mes de abril en el que la industria de Alemania, la principal economía de Europa, ha sido la que peores datos ha registrado. Así lo indica la encuesta de gestores de compras PMI del sector manufacturero elaborada por IHS Markit, que mide el pulso del sector industrial y posteriormente puntúa su evolución en un rango en el que una nota por debajo de 50 es sinónimo de contracción económica.
Alerta roja en la industria. El consumo eléctrico del sector, uno de los termómetros más fiables para medir su salud económica, está sufriendo el hundimiento más fuerte en siete años, cuando se vivía uno de los momentos más críticos de la crisis económica.
La productividad, ese indicador por el cual se mide cuánto más puede hacer una economía con los mismos trabajadores y recursos, se estancó en 2018, un hecho que no ocurría desde el año 1999. El crecimiento registrado de la productividad por puesto de trabajo a tiempo completo fue el año pasado del 0%, según las estadísticas del INE. Si se toma por hora efectivamente trabajada, el dato fue incluso negativo: un -0,25%.
Alemania se quedó a unas décimas de caer en recesión en la segunda mitad de 2018. El país ha sufrido un grave frenazo económico consecuencia del deterioro del comercio mundial y la crisis del diésel. Este revés de la mayor economía del euro llevará al Banco Central Europeo (BCE) a cambiar su estrategia para el año que empieza. Así lo esperan los mercados y los expertos.
Alemania creció el 1,5% en 2018, el menor avance en cinco años, según los datos revelados este martes por su oficina estadística, Destatis. Los analistas temen que el crecimiento en el cuarto trimestre haya sido negativo y suponga la entrada del país en recesión, ya que sería el segundo trimestre a la baja.
La economía de Alemania registró en el tercer trimestre del año una contracción del 0,2%, frente a la expansión del 0,5% en los tres meses anteriores, siendo el primer retroceso del PIB desde el primer trimestre de 2015.
Empresas vascas invirtieron 182,2 millones de euros en el extranjero durante el primer semestre del año, lo que supone un descenso del 77% en relación a los 783,8 millones gastados en el exterior en el periodo enero-junio del pasado año, según datos del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, recogidos porEuropa Press.
De la cantidad gastada en los seis primeros mes del año, el 60,6% se dirigió al sector de servicios financieros (excepto seguros y fondos de pensión), en los que se gastaron 111,5 millones de euros.
¡No os asustéis! Al fantasma macabro de la recesión no lo he visto por aquí. Prácticamente nadie encuentra rastros que apunten a una recesión económica, ni mundial ni en España. Sólo algunos visionarios como el “Dr. Doom” (Dr. Catástrofe, Nouriel Roubini) dicen verla acercándose velozmente. Pero muchos creemos que puede estar rondando por ahí y que, en un momento más o menos lejano, es probable que termine dándonos un susto. Merece la pena hablar de recesión, aunque sea en voz baja para no asustar a nadie.
En algún momento de su encuentro en Doñana, uno de los dos mandatarios debió poner sobre la mesa las repercusiones sobre Europa del conflicto abierto entre Turquía y EE UU. Aunque no directamente vinculado al asunto central que reunió el pasado fin de semana a la canciller Merkel y al presidente Sánchez, los riesgos de contagio de esa crisis no suponen ahora un asunto menos perentorio que la intensificación de los flujos migratorios.