Tras una maratoniana cumbre celebrada por teleconferencia, el Eurogrupo mostró ayer su determinación a paliar los destrozos económicos del coronavirus. "Tomaremos cualquier acción política coordinada y decisiva que sea necesaria, incluyendo medidas fiscales, para apoyar el crecimiento y el empleo", aseguraron los ministros de Finanzas de la eurozona en un comunicado conjunto.
La fuerte desaceleración económica fue una de las protagonistas en los mercados durante 2019. Esto, unido a la gran incertidumbre creada en torno a la guerra comercial entre China y Estados Unidos, puso contra la espada y la pared al comercio mundial.
Aproximadamente desde comienzos de septiembre, los distintos índices que de una manera y otra miden esta actividad vienen cayendo de forma considerable, apuntando un parón importante en los intercambios comerciales y, especialmente, en las expectativas en torno a ellos.
Un nuevo brote de debilidad amenaza con postergar la recuperación de la economía que se atisbaba para la segunda parte del año, tanto en España como en el resto de la eurozona.
La locomotora alemana se paró en el cuarto trimestre del 2019, con un crecimiento cero. Null , en el idioma germano. Y las cifras aún no tienen en cuenta el efecto del Covid-19 (coronavirus), con lo que la parada puede prolongarse más de lo previsto. “Creemos que la economía de Alemania seguirá flirteando con la recesión en el primer semestre de este año”, escribió Andrew Kenningham, de Capital Ecomomics, en un informe.
El Banco de España fue la institución que menos acertó en sus previsiones de crecimiento de la economía española en 2019, seguida del BBVA, mientras que Repsol y Santander fueron las más fiables, según la Diana Esade que cada año realiza esta escuela de negocios.
Decía Leonard Lauder, presidente de la marca de cosméticos de lujo Estée Lauder, que cuando se disparan las ventas de pintalabios de color rojo, se aproximaba una crisis económica. Y muchas teorías le han dado la razón. No es casualidad que en épocas de recesión el consumo de productos del sector cosmética incremente, a contracorriente de la inercia mundial, y el conocido como The Lipstick Effect (Teoría del Pintalabios Rojo, en español), explica su porqué.
La producción industrial de Alemania registró en diciembre una caída del 3,5% respecto del mes anterior, cuando había aumentado un 1,2%, lo que supone el retroceso más profundo desde enero de 2009 y la quinta bajada del dato en los últimos siete meses, según la Oficina Federal de Estadística (Destatis).
En comparación con diciembre de 2018, la producción industrial de Alemania registró una caída del 6,8%, frente al retroceso interanual del 2,5% en noviembre.
El pulso de la economía late al ritmo de la desaceleración, sin grandes cambios con respecto al pasado ejercicio, y sin embargo aparecen algunas señales de reactivación que, de confirmarse, podrían reservarnos una sorpresa. De momento, el crecimiento palidece y durante los dos próximos trimestres podría situarse por debajo del 1,9% alcanzado en 2019 como consecuencia de la cuasi crisis en buena parte de la industria y del estancamiento del comercio internacional.
Medir el bienestar de una sociedad y ponerle una nota es una de las tareas más difíciles a las que se enfrentan los economistas. El PIB, el IPC (inflación) y la tasa de paro son las varas de medir más famosas y usadas hasta la fecha. Sin embargo, estos indicadores son cada vez menos fiables para describir el estado real de una economía y, sobre todo, el bienestar de una sociedad. El PIB (todos los bienes y servicios producidos en un año) puede ser muy grande y crecer muy deprisa, pero eso no es sinónimo bienestar si ese crecimiento se reparte de forma muy desigual.