La confianza económica de la zona euro y la Unión Europea ha mejorado sustancialmente en agosto, lo que ha permitido recuperar ya en ambas regiones hasta el 60% del terreno perdido durante la 'Gran Reclusión' de marzo y abril, según el indicador de sentimiento económico (ESI), elaborado por la Comisión Europea, que señala a España como la única entre las grandes economías donde la confianza ha empeorado.
Las familias españolas siguen acumulando liquidez para enfrentarse a la crisis del coronavirus. Las incertidumbres económicas desencadenadas por la pandemia internacional han empujado a los hogares del país a acumular liquidez en cuentas accesibles y sin riesgo hasta niveles récord.
La economía española ya está trazando un rebote tras los meses de confinamiento. Es imposible empeorar un segundo trimestre en el que se cerró casi todo y el PIB se hundió un 18,5%. Lo mínimo que esperan los analistas es que el crecimiento entre julio y septiembre alcance dos dígitos. Cualquier cosa por debajo tendría una lectura muy negativa.
La confianza empresarial alemana subió en agosto por cuarto mes consecutivo, apuntando hacia una recuperación, aun desigual, de la mayor economía europea, informó este martes el Instituto Alemán de Investigación Económica (Ifo). El índice de confianza empresarial en el conjunto de Alemania que elabora este centro, uno de los indicadores de referencia en el país, avanzó en agosto hasta los 92,6 puntos, tras a los 90,4 de julio y los 86,3 de junio. La cifra está por encima de los 92,2 puntos que esperaban los expertos.
El consumo de electricidad en la industria metalúrgica, uno de los indicadores más fiables para conocer la salud del sector, ha retrocedido a su mínimo histórico en julio después de 26 meses de retrocesos consecutivos, según los datos recopilados por Red Eléctrica.
La economía española está sufriendo gravemente los efectos del coronavirus. El cierre total de la actividad el pasado mes de abril -incluida la industria- hizo que los precios se desplomaran a niveles nunca vistos. Pero con la desescalada y la paulatina apertura de la economía, los precios industriales comienzan a recuperarse y en el indicador del INE publicado este martes se revela una subida del 1,8% en julio respecto al mes anterior.
Queda mucho tiempo para poder hablar de una recuperación, pero la tormenta parece amainar, lo que no es poco después de la que ha caído los últimos meses. Las exportaciones de las empresas vascas cayeron en junio un 14,4%, un descenso pronunciado que activaría todas las alarmas si no fuera por los precedentes de los tres meses anteriores, los que pasarán a la historia por el Gran Confinamiento.
En agosto se ha observado una pérdida de ímpetu en el crecimiento económico del sector privado la zona euro en su conjunto, tras un repunte frente a la desaceleración relacionada con el Covid-19, según recoge los datos preliminares de la consultora Markit. Tanto la actividad total como los nuevos pedidos aumentaron modestamente, y a un ritmo más lento que en julio.
Una cuarta parte de las empresas se encuentra a día de hoy en quiebra técnica, con obligación de que los socios disuelvan la sociedad, como consecuencia de la pandemia del Covid-19, aunque las previsiones del Banco de España elevan esta cifra hasta casi el 30% en el caso de que la situación extraordinaria se alargue en el tiempo.
Los autónomos españoles tienen una difícil reválida el próximo mes de septiembre. Si la primera ola del Covid-19 se llevó por delante 135.000 empleos generados alrededor del trabajo por cuenta propia, esta segunda ola del virus podría suponer el cierre de casi 300.000 negocios que actualmente mantienen el alta en la Seguridad Social, a la espera de que la retirada progresiva de la de fina red - «escudo social», lo denomina el vicepresidente segundo del Gobierno - que les sostiene supone el final definitivo de su actividad.