El Gobierno Vasco ha revisado a la baja sus previsiones económicas para este año y estima una caída del PIB del 10,1% en 2020 frente a la previsión de descenso del 8,7% avanzada el pasado mes de junio, mientras que para 2021 espera un crecimiento del PIB del 8,9%. El Ejecutivo prevé que se perderán 30.000 empleos este año y en 2021 se recuperarán alrededor de 15.100, de manera que la tasa de paro se situará en el 11,2% este año y en el 10,7% en 2021.
Los datos de actividad empresarial en España continúan siendo agridulces. Según ha adelantado el Instituto Nacional de Estadística (INE) este jueves, en julio, y a pesar de que la cifra de facturación empresarial creció por tercer mes consecutivo en términos intermensuales, se mantuvo todavía un 13% por debajo de las cifras de 2019.
La economía vasca ha evolucionado en el segundo trimestre del año un poco menos mal que las primeras previsiones pero la realidad es que los efectos de la pandemia de coronavirus en la actividad económica han sido demoledores y sin precedentes en tiempos de paz, hasta el punto que la caída del PIB de la Comunidad Autónoma Vasca alcanzó el 19,5%, según los datos hechos públicos por Eustat.
El Producto Interior Bruto (PIB) de Euskadi se ha contraído un 16,4% en el segundo trimestre de 2020 en relación al trimestre anterior, según datos elaborados por Eustat. Con respecto al mismo periodo de 2019, el retroceso interanual se ha cifrado en un 19,5%. En cuanto a la evolución por territorios históricos, Álava presenta una tasa de variación interanual del -20,2%, Bizkaia del -19,5% y Gipuzkoa del -19,3%.
Las últimas noticias sanitarias y económicas sobre el impacto del Covid-19 en nuestro país son crecientemente preocupantes. Pocas dudas hay de que España se encuentra entre los países con mayor incidencia de la pandemia. En contagiados, hospitalizados, UCIs y fallecidos, tanto en la primera ola en primavera como en lo que ya parece ser un segundo rebrote desde hace semanas. Es cierto que no parecen comparables ambos períodos.
Este documento evalúa el riesgo de los distintos sectores de la actividad económica de Euskadi como consecuencia del impacto de la crisis generada por la COVID-19. El análisis pretende servir de información para establecer programas de ayudas orientadas a las necesidades reales de las empresas.Para evaluar dicho riesgo se han analizado i) las características de 33 ramas de actividad ii) su vulnerabilidadfinanciera, iii) el impacto sufrido y iv) las perspectivas de recuperación.
Las negociaciones en torno a unos nuevos Presupuestos Generales (PGE) se están desarrollando en un contexto económico inusualmente incierto por las características de la pandemia, pero con algunas pautas que aparecen con cada vez más nitidez. En primer lugar, España se enfrenta a una crisis específica, es decir un shock asimétrico que nos afecta con más virulencia que al resto de Europa.
Los seis meses próximos marcarán el futuro de la economía en el siguiente ciclo. Será cuando se descongele en buena parte la actividad tras el primer impacto durísimo de la pandemia.
Tras la primera ronda de muerte y destrucción servida en bandeja de plata por nefastas gestiones y altas dosis de propaganda dirigida con el único objetivo de potenciar el efecto devastador del Coronavirus, sobrevino una debacle económica que para algunos resulta literalmente apocalíptica a la vista de los indicadores.
El tejido empresarial guipuzcoano comienza a ver cierta luz tras unos meses aciagos en los que la crisis provocada por el coronavirus provocó un desplome de la actividad y, en consecuencia, de sus ventas. Así se desprende de un informe elaborado por la Hacienda foral del territorio, en el que se afirma que en el mes de junio las ventas empresariales descendieron menos de la mitad que el anterior mayo.