España se la juega con los fondos europeos para la reconstrucción. Para el país, no son solo una vía para estimular la recuperación, son también una oportunidad para empezar a superar el déficit inversor histórico que arrastra. Este es uno de los grandes problemas económicos del país, ya que ante la falta de I+D, el país vive de servicios de bajo valor añadido, competencia en precios y una gran precariedad laboral.
Resulta difícil exagerar la importancia de la innovación para el progreso humano, económico y social. La actividad innovadora es uno de los principales motores de productividad, y, por tanto, de crecimiento a largo plazo, así como de internacionalización del tejido productivo, de empleo de calidad, de satisfacción de las necesidades de los consumidores y de bienestar social.
La gestión de la Gran Recesión de 2009 y la crisis posterior en Europa fue la peor de todas las regiones desarrolladas del mundo. Por el retraso en adoptar medidas esenciales como la inyección de dinero en la economía o por las dificultades de gestionar un continente asimétrico con una moneda común que refuerza los desequilibrios internos sin mecanismos de compensación fiscal o por aplicar como medida estrella la deflación salarial antes y después de la crisis y la deflación fiscal durante la propia crisis.
El BOPV publicó recientemente la convocatoria del año 2021 del Programa de apoyo a la I+D Empresarial HAZITEK, del Departamento de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno Vasco.
El régimen de ayudas consistente en subvenciones no reintegrables para el apoyo a la realización de Proyectos de Investigación Industrial o Desarrollo Experimental, tanto de carácter competitivo como de carácter estratégico.
La economía española tiene gacelas, cebras, camellos y hasta unicornios.
Pero lo que no acaba de despegar, en conjunto, por mucha empresa joven, prometedora y disruptiva que tenga que se valore en más de un millón de euros, es su relación con la I+D.
Cuanto más pesimistas somos sobre el efecto económico delos avances, más rotundos son los argumentos en defensa del gasto en I+D.
El miércoles, la vacuna BioNTech/Pfizer obtuvo la aprobación de los reguladores de Reino Unido, ofreciendo la mejor esperanza en la lucha contra una pandemia que se ha cobrado la vida de casi 1,5 millones de personas y ha supuesto un duro golpe para la economía mundial.
Se han publicado las nuevas estadísticas de I+D en España, correspondientes al año 2019. Según el Instituto Nacional de Estadística, la economía española invirtió 15.572 M€ en I+D en 2019, el 1,25% del PIB.
El gasto realizado en I+D ascendió en España a 15.572 millones de euros en 2019, un 4,2% más que el del año anterior. A la vista de los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), se produjo una mejora en 2018 y 2019, ya que desde 2009 la inversión tecnológica fue cayendo, salvo algún pico que otro. La cantidad absoluta es positiva pero la alegría se desvanece al comprobar que el año pasado esos millones supusieron el 1,25% del PIB, indicador realmente relevante para medir la situación de la I+D.
Según la información aportada por el EUSTAT, en relación al PIB, el gasto en I+D interna de la C.A. de Euskadi ha alcanzado el 1,86% en 2019, una centésima más que el 1,85% que marcó en 2018. Los últimos datos comparativos con la Unión Europea 28 (UE-28) corresponden a 2018 y en la UE28 representaba para este año el 2,11% de su PIB.