El Desarrollo Tecnológico y al Innovación constituyen ámbitos relevantes para asegurar la competitividad empresarial de nuestras empresas.
Los programas públicos de ayudas al I+D permiten afrontar parcialmente el esfuerzo económico que desarrollan las empresas.
Ahora bien, las Administraciones Públicas son cada vez más exigentes y estos programas constituyen instrumentos sofisticados que precisan de un conocimiento experto en la materia. Por ello, en ocasiones, las empresas no logran un retorno adecuado de los esfuerzos realizados para presentarse a estos programas.