Ocho de cada diez empresas guipuzcoanas afirman que ya se han recuperado de la crisis económica provocada por la pandemia de coronavirus o que lo harán en los próximos doce meses, según se refleja en la Encuesta de Coyuntura Económica elaborada por la patronal Adegi, que destaca que la confianza empresarial se fortalece impulsada por una mejora de la economía del territorio.
La economía vasca se situó en abril en una zona de crecimiento sólido con una puntuación de 138,1 de una escala de 0 a 150, un valor que mejora notablemente el registrado en marzo (67,2), según los datos que publicó ayer el Gobierno Vasco en el Termómetro Económico.
Tras haber permanecido en hibernación en las economías avanzadas durante más de tres décadas, la inflación hace su gran retorno en pleno debate de la salida de la crisis pandémica. El despertar es particularmente precoz en EEUU, con un IPC de abril por encima del 4% que está quitando el sueño a la Reserva Federal.
Si bien el inicio de año ha sido decepcionante, las señales de una próxima recuperación se hacen más palpables y solo un error de política económica o un brote de irracionalidad podrían enturbiar las perspectivas. Allí donde la vacunación está más avanzada, como en EE UU y Reino Unido, las expectativas registran un repunte abrupto. En ambos países, el principal índice de coyuntura se sitúa en terreno netamente positivo, tanto en la industria como en el sector de servicios que deja atrás el abismo de la pandemia.
El plan España Puede presentado esta semana en el Congreso esboza un escenario de transformación para la economía española, en consonancia con las mutaciones tecnológicas en marcha y los objetivos de sostenibilidad medioambiental y social. La apuesta es por la inversión como motor del cambio, y por reformas de futuro cuyo perímetro está todavía en la balanza de la negociación con Bruselas.
Por primera vez desde el inicio de la crisis, las expectativas están evolucionando favorablemente, sin duda por el avance de la vacunación y porque la economía global muestra señales tangibles de recuperación, especialmente desde EE UU. Según el principal barómetro europeo de coyuntura, una neta mayoría de empresas espera un rebote de sus ventas (el índice de sentimiento económico roza la media histórica).
El PIB sufrió en 2020 un descenso histórico del 11 % como consecuencia dela pandemia, aunque el impacto fue muy desigual por sectores. Tras la caída sufrida en los dos primeros trimestres del año, en el tercero se produjo una notable recuperación, pero esta apenas tuvo continuidad en el cuarto. En cuanto al inicio del ejercicio actual, los indicadores disponibles, especialmente los de empleo, apuntan a una recaída.
El pulso de la recuperación empieza a latir con un cierto vigor en los países más avanzados en la vacunación. En Israel y Reino Unido, los principales índices de coyuntura apuntan a un fuerte impulso de la demanda interna liderada por el consumo privado.
La gran debilidad de la empresa española reside en el escaso número de pymes que consiguen crecer para dar el salto a convertirse en una empresa mediana (las que tienen entre 50 y 250 trabajadores). La productividad de estas empresas permite dar un salto cualitativo a cualquier economía, pero en España son una ‘rara avis’.