Mientras Biden mira a Ucrania y se reúne en Madrid con sus con sus socios de la OTAN para plantar cara a Putin, China prosigue su ofensiva en el 'patio trasero de Estados Unidos'. Latinoamérica ha visto el pasado año y los últimos meses como el país asiático ha doblado la apuesta y no solo ha superado al país norteamericano como socio comercial de la región, sino que ha acrecentando la brecha que ya estaba abriendo antes del mandato de Biden.
China se ha desmarcado de los grandes bancos centrales. Si la apuesta mayoritaria es por una senda continuada de incremento de tipos de interés para contener la inflación, esta semana China ha decidido rebajar el coste del dinero del 2,85% al 2,75% e inyectar 400.000 millones de yuanes (60.000 millones de euros) adicionales en los mercados crediticios.
El Banco Central de China ha bajado los tipos de interés por sopresa como medida para reactivar la demanda, ya que los datos mostraron que la economía se desaceleró inesperadamente en julio, con actividad industrial y minorista exprimida por la política de cero Covid de Beijing y una crisis inmobiliaria.
La política de Covid cero que China mantiene desde el comienzo de la pandemia resulta cada vez más onerosa. Así lo demuestra su última factura: en el segundo trimestre del año, la segunda economía mundial apenas creció un 0,4% en términos anuales, según ha anunciado esta mañana la Oficina Nacional de Estadística.
Mientras los inversores siguen de cerca los planes de los bancos centrales ante el miedo a una recesión económica, China y su evolución económica sigue siendo una gran incógnita a nivel global. Es la visión sobre el mercado de Gergely Majoros, miembro del Comité de Inversión de Carmignac, que reconoce que ante la volatilidad actual es "difícil" predecir lo que sucederá en las próximas semanas o meses. No obstante, cree que el contexto actual ha cambiado "significativamente" respecto al 'crash' de 2008.
El avance del Covid-19 en China, con el aumento de casos ahora en Pekín, ha vuelto a poner a su economía en el punto de mira. Los analistas son cada vez menos optimistas al respecto, y alertan de que se está "quedando atrás".
En plena convulsión del mercado energético, con Europa tratando a marchas forzadas de reducir su dependencia energética de Rusia, la guerra de Ucrania en punto muerto militar y estratégico, EEUU ofreciendo un millón más de barriles al día de sus reservas estratégicas y la OPEP + lanzando mensajes más o menos velados de sus nulas intenciones de regar la oferta petrolífera mundial, China
La actitud de China ante la guerra en Ucrania es de apoyo cauto a Rusia. En los organismos internacionales no respalda ninguna resolución de condena. Muestra comprensión por la intervención y también apela a la negociación. Xi Jinping a menudo destaca la legalidad internacional como mecanismo para gestionar la globalización. Los análisis rápidos de las masivas sanciones que han impuesto los países occidentales concluyen que provocarán un mayor estrechamiento de la cooperación económica y militar entre China y Rusia.