El buen dato de PIB en China oculta el lado más oscuro de una economía que va a diferentes velocidades.

Tras el suspense generado en China por el retraso en la publicación de varios datos clave en la economía, el fin del Congreso del Partido Comunista ha dado vía libre a la publicación de los mismos. Las filtraciones sobre el dato de PIB estos días estaban en lo correcto, la economía de China creció más de lo previsto en el tercer trimestre del año.

Dudas económicas sobre China en un momento clave.

El deseo estaba claro. Un año sin demasiados sobresaltos. Lograr estabilidad. Prosperidad. Llegar a una importante cita política con el máximo crédito posible. Pero los deseos no siempre se cumplen o, al menos, no todos. Y es que el año no ha estado precisamente exento de sobresaltos o elementos desestabilizantes.

China busca acelerar su independencia del mundo sin hacer descarrilar el milagro económico.

El milagro económico de China existe. Desde 1978 (cuando dieron comienzo las grandes reformas), la renta per cápita del 'gigante asiático' se ha multiplicado casi por 30, recortando terreno a buen ritmo a los países desarrollados, incluido EEUU. Sin embargo, China está entrando en una suerte de transición que amenaza con poner fin a este milagro antes de tiempo.

China no es Rusia: la economía alemana ante el poder de Pekín.

Fin de la ingenuidad tras el trauma provocado por la invasión rusa? No, contestan los institutos de investigación. La respuesta de la economía alemana a los riesgos geopolíticos actuales es más China, critica el think tank IW, de Colonia. Nunca invirtieron las empresas alemanas tanto en China como en la primera mitad de 2022: unos 10.000 millones de euros (inversiones directas). Además, exportó un 2,9% más respecto al primer semestre del año anterior, pero también importó un 45,7% más. Es decir, la economía germana no compró nunca tantos productos chinos (el 8% de sus importaciones).

China se atasca en una trampa de liquidez que deja a Pekín casi sin armas ante la peor crisis desde 1976.

La economía de China se enfrenta a una de las situaciones más complejas en casi cincuenta años. Frente a ocasiones anteriores, Pekín tendrá que lidiar con esta amenaza sin una de las armas más importantes: la política monetaria. La economía se está desacelerando a marchas forzadas en medio de una crisis inmobiliaria que se complica. Mientras tanto, la desaceleración global se ha convertido en una seria amenaza para el comercio internacional, uno de los pilares de la economía china. Son muchos frentes abiertos y poco margen para combatir.

Más allá del inmobiliario: los motores de China se paran en mitad del vuelo hacia la prosperidad.

La economía de China se enfrenta a una nueva realidad. Tras décadas de un crecimiento desorbitado, los motores que han llevado a esta economía a ser la segunda más grande del mundo se están deteniendo. Pekín tendrá que aceptar este nuevo escenario (con objetivos cada vez inferiores de crecimiento) y poner el foco en la mejora del bienestar de la población, crecer menos pero mejor.

China maquilla el colapso de su economía con la nacionalización silenciosa de empresas en problemas.

Las autoridades chinas han demostrado en los últimos años gran pericia para mantener a la economía a flote en medio de grandes tempestades. China es esa economía que parece que va a 'estallar' en cualquier momento y por cualquier lado, pero que finalmente se sobrepone contra todo pronóstico.

La situación de la economía china no es tan dramática.

Cierre de ciudades enteras una y otra vez para controlar el Covid. Un boom inmobiliario alimentado por la deuda que se está descontrolando y puede hacer colapsar el sistema bancario. Y el creciente coste del aventurerismo militar, unido a un inminente desastre demográfico al tener que hacer frente al legado de restringir las familias a un solo hijo. No hay duda de que China se enfrenta a muchos retos, como cualquier país.

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