La desaceleración económica de China, la maduración de la industria de teléfonos inteligentes y la volatilidad de los mercados están poniendo nerviosos a los proveedores asiáticos de componentes electrónicos, que en los últimos años habían apostado a la demanda de los consumidores chinos y al poderío industrial de ese país como motor de crecimiento.
Después de varios años de expansión frenética, las ventas de smartphones pierden bríos. Las ventas mundiales de teléfonos inteligentes crecieron a su ritmo más pausado desde 2013 y las ventas en China cayeron por primera vez en el segundo trimestre, según la firma de investigación Gartner.
El BAC de MONDRAGON organiza para el martes 29 de Septiembre a las 17:30, la charla: Mi experiencia comercial en China desde 1998 hasta 2015. Por Jesús Amezaga (Socio jubilado de FAGOR AUTOMATION).
Recientemente, se ha jubilado Jesús Amezaga, quien durante años ha sido responsable del mercado asiático de FAGOR AUTOMATION, cubriendo el área de China, Taiwán, Corea y Pacifico.
Como socio de FAGOR AUTOMATION, Jesús Amezaga comenzó a trabajar el mercado chino en 1998, habiendo residido en permanencia en Pekín por más de una década.
IBM is testing a new way to alleviate Beijing’s choking air pollution with the help of artificial intelligence. The Chinese capital, like many other cities across the country, is surrounded by factories, many fueled by coal, that emit harmful particulates. But pollution levels can vary depending on factors such as industrial activity, traffic congestion, and weather conditions.
Mucho antes de que los inversionistas perdieran la fe en el mercado de acciones de China, algo raro estaba pasando en los puertos de Long Beach y Los Ángeles, donde los estibadores y cargadores procesan casi 40% del comercio de Estados Unidos con el gigante asiático.
Jock O’Connell, un asesor comercial con 28 años de experiencia estudiando los puertos en California, no estaba viendo los patrones que se esperarían de un crecimiento rápido de la clase consumidora china. El número de contenedores procedentes de China seguía creciendo, pero desde 2013, menos zarpaban en la dirección opuesta.
El índice PMI manufacturero de China cae a los 47,1 puntos y se sitúa en mínimos de 77 meses.
La actividad del sector manufacturero de China ha experimentado en agosto un significativo empeoramiento, según refleja el dato adelantado del índice PMI, que se sitúa en 47,1 puntos frente a los 47,8 de agosto, lo que representa la peor lectura del indicador en los últimos 77 meses.
De este modo, el PMI manufacturero de China, cuyo dato definitivo se publicará el próximo 1 de septiembre, acumula seis meses consecutivos por debajo de los 50 puntos.
China ha anunciado en la madrugada del lunes al martes una decisión histórica cuya influencia se notará en el conjunto de la economía y las finanzas mundiales. Pekín ha devaluado el yuan un 2%, en la que supone su mayor caída diaria desde 1994. Pero no solo eso. La clave de ese descenso reside en sus motivos. El primero, que con esa medida las autoridades chinas ponen de manifiesto su grado de preocupación con respecto a desaceleración del crecimiento. Y el segundo, que destierra la vinculación que el yuan tenía con el dólar estadounidense para dar paso a un nuevo régimen cambiario en el que se ha comprometido a que el mercado tenga más influencia en la determinación del tipo de cambio de su moneda.
Las Bolsas chinas han sufrido hoy uno de los mayores desplomes diarios de su historia, el mayor desde 2007, con caídas de un 8,48% en Shanghái y un 7,59% en Shenzhen, apenas dos semanas después de empezar a recuperarse de su peor mes, en el que llegaron a perder un tercio de su valor. Desde su suelo de julio, el parqué chino rebotaba un 16%, pero ahora vuelve a las andadas en medio de malos datos empresariales y ante el temor de que las intervenciones de las autoridades del gigante asiático no sean suficientes para sostener al mercado.
Lo que muchos líderes chinos están aceptando como la “nueva normalidad” —una era de crecimiento más lento pero de mejor calidad— se traduce para muchas empresas en una batalla desgarradora por sobrevivir.
Tengzhou, una ciudad industrial de 1,5 millones de habitantes en la parte oriental de la provincia de Shandong, creció velozmente durante los años de capital barato y abundante. Sin embargo, desde que empezó la desaceleración del ritmo de crecimiento, varias de sus fábricas de textiles, máquinas herramientas y químicos han cerrado.
La audaz propuesta de una empresa estatal china de comprar el gigante de chips Micron Technology Inc. MU +1.27% por US$23.000 millones es la muestra más reciente de la creciente ambición del país por ir más allá de los dispositivos electrónicos para convertirse en una amplia superpotencia tecnológica.
La hazaña de China al lograr que el crecimiento no caiga por debajo de 7% y evitar un colapso del mercado bursátil le quita presión a corto plazo a las autoridades pero probablemente tenga como consecuencia que las metas a largo plazo de Beijing sean más difíciles de alcanzar.
Desde noviembre, Beijing ha intentado incrementar el crecimiento con cuatro amplios recortes de tasas de interés, varias reducciones en las reservas bancarias requeridas y cientos de proyectos de infraestructura anunciados. Esas medidas han funcionado antes pero suelen empeorar la deuda. Y, al recurrir a su receta estándar, Beijing podría retrasar su buscado cambio a una economía impulsada por el consumo y no por la manufactura o la inversión estatal.