El Consejo de Ministros tiene previsto aprobar hoy el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia con el que aspira a captar los 140.000 millones en subvenciones y créditos europeos con los que dejar atrás la crisis del Covid-19. Un aspecto clave de la hoja de ruta de inversiones y reformas es el mecanismo de fiscalización del uso de las ayudas comunitarias, que no solo deberá garantizar un correcto y eficiente uso de los recursos comunitarios sino que será clave para garantizar su llegada, pues los desembolsos estarán condicionados al cumplimiento de objetivos.
España es el Estado más retrasado de la UE en la gestión de los fondos de cohesión correspondientes al presupuesto comunitario 2014-2020, lo que ha llevado a que a día de hoy aún queden 18.400 millones (sobre un total de 39.927) pendientes de ejecutar por parte de las empresas españolas, a pesar de que el presupuesto terminó el 31 de diciembre. De ellos, 15.600 millones incumben a proyectos ya puestos en marcha -la mayoría en los dos últimos año-, que todavía no han finalizado y, por tanto, Bruselas no los ha pagado.
El Tribunal Constitucional alemán ha dado vía libre a la ratificación del fondo europeo de recuperación al rechazar el recurso de emergencia presentado contra su aprobación.
La aprobación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que incluye las reformas e inversiones que el Gobierno prevé acometer con las ayudas europeas por la crisis del Covid-19 ha quedado pospuesto a la próxima semana, la última de plazo para remitir el documento a Bruselas, con quien aún se liman los últimos flecos. Pese a ello, en las últimas semanas el Gobierno ha asignado ya el reparto de 2.112 millones de euros del programa.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, analiza hoy en el Consejo de Ministros el Plan para el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia de los Fondos Europeos, aunque no será aprobado para su envío a Bruselas hasta la semana que viene. El planteamiento del presidente es comparecer en el Congreso este miércoles para explicar antes las líneas principales de este Plan. Se trata de la palanca clave para la recuperación y la transformación económica que aportará a España, con el conjunto de los fondos,140.000 millones de euros en los próximos seis años.
La recuperación económica que se había dibujado para 2021 se está diluyendo. Primero, porque la recuperación avanza de forma lenta. Pero también porque el efecto multiplicador que el Gobierno había prometido para los fondos europeos en este ejercicio no se va a cumplir, según reconoce ya el Ministerio de Economía.
El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha aprovechado su intervención en la Junta General de Accionistas para hacer una defensa encendida de la industria como actor clave en la descarbonización y en la reducción de emisiones en el futuro a corto y medio plazo. “De esta crisis tenemos que salir con más industria, y no con menos, con más empleo de calidad, y no con más precariedad”, ha apuntado.
La economía española sorprendió en otoño al salvar el trimestre en positivo, con un avance del 0,4% en un marco de nuevas caídas generalizadas en Europa, pero el mal arranque de 2021, con el endurecimiento de las restricciones para contener la tercera ola del Covid-19 y el retraso en la ejecución de los fondos europeos, vuelven a lastrar el crecimiento y a retrasar la recuperación de la crisis.