Paradoja de resiliencia.

La historia dirá si ha sido algo bueno a largo plazo, pero la crisis financiera de 2008 y sus coletazos hasta 2012 con la de deuda soberana europea cambiaron la visión de gobiernos y bancos centrales sobre la conveniencia de no dejar caer nada. Nada es nada, siempre que haya dinero en efectivo (en el Tesoro) o a crédito (deuda pública) para ello. El colapso de Lehman Brothers en septiembre de 2008 se llevó por delante muchos puntos del PIB. Trajo graves consecuencias sociales. Supuso un gasto fiscal enorme a posteriori.

Sostenibilidad del agujero presupuestario.

Una de las mayores vulnerabilidades de la economía española es la persistencia de un desequilibrio de las cuentas públicas, incluso en fases ascendentes del ciclo. El déficit público apenas se corrigió durante la etapa expansiva 2014-2019, manteniéndose ajeno a la promesa reiterada año tras año de una rápida vuelta al equilibrio (con el resultado de un menor margen de maniobra para afrontar los malos tiempos).

La crisis energética afecta a algunos sectores industriales, otros siguen creciendo.

El índice de producción industrial sufrió en septiembre un descenso del 0,3%, tras haber registrado un crecimiento del 0,3% el mes anterior. El índice de manufacturas bajó un 0,2% tras un crecimiento en agosto del 0,5%. En definitiva, los índices se mantienen, con pequeños altibajos, estables, en un nivel de actividad superior al del pasado año.

A largo plazo, todos muertos.

Es bastante conocida la frase de Keynes “En el largo plazo, todos estaremos muertos”. Aunque quizá no sea tan conocido el contexto en que surgió. En la recesión que siguió a la primera Guerra Mundial, los monetaristas no eran partidarios de bajar el tipo de interés del dinero, porque acabaría generando inflación, y por lo tanto proponían aguantar los tipos y esperar a que se produjera la recuperación (algo que la teoría económica predice que sucederá, al menos en el largo plazo).

El PIB crece en el tercer trimestre en línea con lo esperado

Según cifras provisionales, el PIB creció un 0,2% en el tercer trimestre. El resultado coincide con la previsión de Funcas, y aunque es un crecimiento moderado, muy inferior al del trimestre anterior, no puede calificarse de mal dato, dadas las circunstancias tan negativas que están pesando sobre la economía.

Consumiendo más, con menos dinero.

Una de las claves de la marcha de la economía en los próximos meses es el comportamiento del consumidor ante el persistente brote de inflación. El pasado reciente se ha caracterizado por un grado excepcional de resiliencia: si bien el alza del IPC ha lastrado el poder adquisitivo de los hogares, el consumo ha seguido creciendo. Así pues, se estima que este año la renta disponible de los hogares se habrá reducido en un 4,3% descontando la inflación, lo nunca visto desde la época de la crisis financiera.

Un director del INE afirma que el PIB ya está estancado al 0% o incluso decrece.

Fuentes del INE han aclarado que estas declaraciones del director —cuyo trabajo no está directamente relacionado con los cálculos del PIB— se refieren a las estimaciones que han realizado diferentes analistas y no corresponden al dato que Estadística publicará el próximo viernes, 28 de octubre, en el que todavía siguen trabajando desde el organismo y no está aún cerrado.

Páginas

Suscribirse a RSS - coyuntura