Desde la invasión de Ucrania, la geopolítica se ha convertido en el factor determinante de la economía mundial. También pone a prueba nuestra capacidad de consensuar una respuesta de política económica a la altura de las circunstancias.
Lo malo de las guerras es que se sabe cuando comienzan, pero no cuando acaban. Si hace una semana se esperaba una rendición rápida de Kiev, hoy se considera que el conflicto será largo.
Al igual que los resultados de afiliación a la Seguridad Social, las cifras de la Encuesta de Población Activa (EPA) reflejan una intensa creación de empleo en 2021, que se concentra fundamentalmente en la segunda mitad del año —500.000 nuevos empleos frente a 331.000 en la primera mitad del ejercicio—, de modo que en el cuarto trimestre la cifra total de ocupados ya superaba el nivel previo a la pandemia.
El conflicto que se ha desatado en el este de Europa complica el escenario de recuperación que se planteaba a inicios de año. Habida cuenta de las incertidumbres en torno a la envergadura del conflicto y su duración, una cuantificación completa del impacto en la economía española no es factible de momento.
Tras tardar en reconocer el brote de inflación que se extiende por toda Europa, el BCE cambia de discurso y se dispone a ajustar su política monetaria a un ritmo acelerado. Si bien el ejercicio de realismo es meritorio, el inesperado giro plantea importantes desafíos para nuestro país. También algunas oportunidades.
Los bancos centrales funcionan con mandatos, más o menos amplios. El más restringido es el control de la inflación, como el que tiene el Banco Central Europeo. El mandato es aparentemente puro pero recubierto de matices en su aplicación. Así, por ejemplo, Draghi no hablaba de inflación cuando dijo aquello de “haré todo lo que sea posible para salvar el euro”. En 2012 lo que estaba en peligro eran los propios cimientos de la estabilidad monetaria europea. Aquella excepcionalidad salvó la moneda única y evitó otros problemas.
La economía comienza el año con expectativas favorables de crecimiento y un mercado laboral pujante como exponente más visible, pero frenada por los efectos de la inflación. El BCE intenta encontrar un camino entre esas fuerzas opuestas.
La creciente normalización de la economía tras dos años de pandemia se empieza a reflejar en lo financiero con muchos frentes. Estos últimos días hemos conocido datos de actividad financiera. Es destacable que en tasa interanual, la