La banca europea lleva veinte años perdidos por no haber hecho las reformas necesarias, y el Covid-19 ha hecho que este proceso de deterioro se precipite. Tras la crisis de 2008, mientras la banca americana reaccionaba, la europea ha escondido la cabeza dentro de la regulación como un avestruz, arrastrando a los gobiernos con su negligencia y poniendo el futuro de Europa en grave riesgo. En esta delicada situación hay que hacer frente a la crisis pos-Covid, a los nuevos competidores tecnológicos y a los cambios geopolíticos, entre otras notables amenazas.
La semana pasada el ex ministro de Guindos volvía a presionar a los bancos europeos para que aceleraran sus procesos de fusión. El BCE lleva años insistiendo en que esta es la vía adecuada para buscar una necesitadísima eficiencia en los costes para mejorar su solvencia y su liquidez.
Luis de Guindos, el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), ha lanzado al sector bancario europeo que inicie de nuevo un proceso de fusiones, tanto en Europa como en España.
En 2012 Caixa y Bankia iniciaron negociaciones para fusionarse. Caixa tenía el 50% de los depósitos del sector de las cajas de ahorros y ocho años después no ha necesitado capital público para superar la peor crisis financiera mundial en 80 años. Bankia, semanas después de aquel intento fallido de fusión, forzó al Gobierno de Rajoy a pedir el primer rescate financiero internacional de la historia de la democracia y tuvo que ser recapitalizada con dinero público.
Bankia y CaixaBank están analizando llevar a cabo una fusión que daría como resultado la mayor entidad de España con el objetivo de reforzarse, siguiendo las últimas recomendaciones realizadas por los supervisores al sector.
El valor de la participación del Estado en Bankia está muy cerca de su mínimo histórico. Las cotizaciones de todos los bancos han caído con fuerza en los últimos años por la baja rentabilidad, el entorno de tipos de interés negativos, la necesidad de inversiones en digitalización y la competencia de nuevos jugadores en los segmentos más rentables. A eso se ha unido la crisis del coronavirus, que conllevará un deterioro de los balances.
Citigroup, la mayor empresa de servicios financieros del mundo ha pagado casi 900 millones de dólares por error a los prestamistas de Revlon, según The Wall Street Journal. Y lo que es peor: no es la primera vez en este año que un error como este sucede.
La crisis del coronavirus ha hecho avalar tantos préstamos que la probabilidad de equivocarse es mucho más alta que en cualquier otra época pasada.