El despabile de la economía europea para abrirse a estímulos fiscales ha comenzado por donde más falta hacía, Alemania. Parece que los aplicados contribuyentes germanos necesitan apreciar la realidad de una (probable) recesión para apoyar medidas de gasto público. Podría haberse hecho antes para tratar de sortear o sobrellevar mejor este tránsito recesivo tan anunciado. Se habla de 50.000 millones de euros en el paquete de medidas. La mayoría de ellas porque emulan a algunas de las que se tomaron en 2009 para tratar de salir de la crisis. Entre ellas, incentivos a la compra de automóviles.
La economía alemana se resiente en plena riada de noticias negativas para su potente maquinaria exportadora. El PIB germano cayó una décima en el segundo trimestre del año y abre así la puerta a la recesión tras una década de crecimiento prácticamente ininterrumpido. La Oficina Federal de Estadística apunta a la ralentización del comercio exterior como detonante del retroceso.
Las exportaciones de Alemania cayeron un 8% en junio con respecto al mismo mes del año anterior, el mayor descenso en tres años. El dato también es negativo en comparación al mes anterior, con una reducción del 0,1% que mejora la previa del -3,2%, según los datos de la oficina estadística Destatis conocidos hoy. La guerra comercial, el Brexit y la atonía en Europa lastran el empuje de la locomotora continental.
Hace ya más de un año que el secretario de estado de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, sacó por sorpresa una lata de sopa Campbell's durante una entrevista en televisión y aseguró que la subida del 10% de los aranceles a la importación de aluminio iba a causar solamente una subida del precio de menos de un centavo en ese producto. «Podemos permitírnoslo», fue su mensaje. Olvidó comentar, en su discurso populista, ese efecto mariposa que une hoy las economías interconectadas de todo el planeta y que devuelve como un bumerang cualquier traba al comercio.
El sector industrial europeo profundiza su crisis al registrar el PMI de la zona euro en marzo el mayor descenso en seis años. La revisión del índice apunta a un mayor declive de la actividad del que se esperaba encendiendo las alarmas sobre una posible crisis en el sector que termine afectando a toda la economía. Las fábricas en Alemania han comenzado a destruir empleo por primera vez en tres años y dejar de renovar los contratos temporales.
Antes de convertirse en adalid de la austeridad, Alemania fue el primer país que rompió el Pacto de Estabilidad y Crecimiento europeo. Ocurrió hace 20 años, cuando el país comenzaba una fase de crisis que tardó varios años en corregir. En ese momento optó por aplicar políticas de estímulo fiscal para animar la demanda interna y salir del bache.
Germany’s mechanical engineering industry is still struggling against the adversity of the world market. Companies reported an overall decline of 13% year-on-year in September. The VDMA German Engineering Association announced in Frankfurt on Monday that domestic business was up by 1%, while international business was down by 18% on the previous year.
In the more meaningful three-month comparison, mechanical engineers ultimately posted a drop of 1% between July and September. An 8% increase in domestic orders was offset by a decrease of 6% from abroad.
Results from a recent study reveal German industry is one of the winners in globalisation, while France and the United Kingdom lag behind.
Partly due to its tight-knit global interconnection, German industry has benefited from globalisation. This is the result of a recent study conducted by the Cologne Institute for Economic Research (IW) on behalf of the Federation of German Industries (BDI).
Le Conseil des ministres allemands a annoncé, le 3 septembre 2014, la réactualisation de la Stratégie High-Tech. Depuis huit ans, ce programme fixe les grandes orientations de la recherche et de l'innovation en Allemagne. La "Nouvelle Stratégie High-Tech" s'inscrit ainsi dans la continuité de la "Stratégie High-Tech" (2006-2010), et de la "Stratégie High-Tech 2020" (2010-2014).
In the last five years, compared to other countries, Germany has made hardly any progress creating a climate-friendly, secure, and cost-efficient energy system.
Germany, once an undisputed frontrunner in the clean energy revolution, is on the verge of losing its foothold in the international race to go green, according to a recent report that evaluated the energy and climate policies of 24 select countries.