Una hilera de personas convenientemente distanciadas por carritos de la compra hacen cola una mañana de invierno gélida, a la salida de una iglesia en la periferia de Berlín, la capital alemana. Faltan dos horas para que abra, pero no quieren perder turno en el comedor popular, del que saldrán con un bolsón repleto de alimentos.
La cartera de pedidos de la industria alemana se encuentra actualmente más llena que antes del comienzo de la crisis del coronavirus, según anunció hoy el Instituto Federal Alemán de Estadística (Destatis) desde su sede en la ciudad de Wiesbaden. Los libros de encargos de las empresas alemanas registraron en octubre un nuevo aumento por sexto mes consecutivo, señaló el instituto, que cifró en ese mes el incremento frente al anterior en un 2,9% y en un 1,8% en la comparación interanual.
TUI será rescatada por tercera vez por el Ejecutivo presidido por Angela Merkel. El mayor turoperador europeo sigue sin tocar fondo y ha alcanzado un nuevo acuerdo con el gobierno alemán para recibir una ayuda de 1.300 millones de euros, que se verá complementada con una ampliación de capital de 500 millones de euros en enero de 2021.
Alemania, con su ingente paquete económico anticrisis y la pandemia siempre bajo control en términos sanitarios, es uno de los países que más se acerca a la deseada recuperación en forma de "V", aunque ni siquiera con estas condiciones lo logra, según los expertos.
El Ministerio de Asuntos Económicos y Energía de Alemania ha actualizado este martes su cuadro macroeconómico, del que se desprende que el producto interior bruto (PIB) del país registrará una contracción del 5,8% en el conjunto del año, lo que supone una mejoría de cinco décimas con respecto a la caída del 6,3% prevista en abril.
El dato semeja como una paradoja espacio-temporal. Es como si la encuesta de confianza a los empresarios alemanes se hubiera realizado cuando todavía no sabíamos lo que era el coronavirus. Según el barómetro mensual del Instituto ZEW, la moral de los inversores alemanes alcanza en agosto su mejor nivel desde 2004, antes de la anterior crisis, ganando 12,2 puntos hasta los 71,5. Su peor momento de la pandemia fue el mes de marzo, con una caída de 49,5 puntos y en agosto los expertos contaban todavía con una ligera caída, dadas las circunstancias.
La crisis económica provocada por el coronavirus es una crisis de la economía real. No es una crisis del sistema financiero como la desatada entre 2008 y 2009. Pero podría llegar a serlo. En Alemania, los hay que alertan ya sobre las consecuencias financieras asociadas al obligado parón económico que ha impuesto la pandemia. A principios de julio, la consultora internacional Boston Consulting Group (BCG) presentó un estudio en el que se invitaba a "no descartar una crisis bancaria" en el país.
El coronavirus ha asestado un golpe histórico a la economía alemana. En el segundo trimestre de este año, la economía del país de la canciller Angela Merkel se contraía un 10,1%, según los datos que presentaba este jueves la Oficina Federal de Estadística de Alemania (Destatis). "Es la mayor caída del PIB desde 1970", constataban los medios de comunicación alemanes al dar cuenta de esa noticia.
El potente paquete de Alemania para evitar el colapso de la economía ante el coronavirus incluye un fondo de rescate para empresas de 100.000 millones de euros. El programa permite salvar compañías estratégicas o directamente comprarlas con el dinero de los contribuyentes. Pero lejos de ser una medida de urgencia, hay una estrategia detrás para crear campeones nacionales que puedan competir en el nuevo orden económico, con inversiones millonarias en inteligencia artificial y energías renovables. Merkel ha puesto en marcha la revolución de la economía alemana.