El salmón fue introducido en Chile a principios del siglo XX, pero no fue hasta finales de los 80 que la dictadura de Pinochet impulsó la industria salmonera convirtiéndola en una de las más productiva del país. Sin embargo, más de la mitad de las empresas del sector son extranjeras, sobre todo noruegas, y operan en las región patagónica chilena.