La demanda de su petróleo y gas se ha visto asfixiada. Las sanciones empiezan a hacer mella. Los costes de una guerra que el Kremlin esperaba que acabara en cuestión de semanas están aumentando de forma descontrolada, y el Estado tiene que recurrir cada vez más a préstamos para seguir adelante. Incluso aliados del régimen como el multimillonario Oleg Deripaska advierten ahora de que Rusia está a punto de quedarse sin dinero. Vladimir Putin ignoró casi todas las lecciones de la historia cuando invadió Ucrania hace poco más de un año. Pero la que más le perseguirá es ésta.
Se cumple un año de la invasión de Rusia a Ucrania y, tras las sanciones impuestas por parte de Occidente es el momento de valorar el impacto económico que han tenido en la economía rusa.
El producto interior bruto (PIB) de Rusia sufrió una contracción del 2,1% en el conjunto del año 2022, según la primera estimación del dato anunciada este lunes por sorpresa por la agencia estadística rusa Rosstat, que había retrasado la publicación del dato al miércoles 22 de febrero desde la fecha inicialmente prevista del pasado 17 de febrero.
La caída del 2,1% del PIB ruso, a pesar de suponer un profundo deterioro respecto de la expansión del 5,6% de la economía del país euroasiático en 2021, representa una recesión menos intensa de lo previsto inicialmente.
Nissan ha vendido su negocio ruso a una empresa estatal por 1 euro, uniéndose así a una larga lista de compañías internacionales que abandonan el país.
Rusia corre el riesgo de entrar en una recesión más profunda a medida que las sanciones hagan mella en sectores estratégicos de su economía. La contracción será más contundente de lo que se espera actualmente y mayor que lo que recogen las cifras que da el país públicamente, según advierte un documento interno elaborado por expertos para el Gobierno ruso y al que ha tenido acceso en exclusiva Bloomberg.
La invasión de Ucrania por parte del presidente Vladimir Putin hizo retroceder la economía de Rusia cuatro años en el primer trimestre completo después del ataque, encaminándola hacia una de las recesiones más prolongadas registradas, aunque menos pronunciada de lo que se temía inicialmente.
Rusia ha dejado de pagar su deuda soberana en moneda extranjera por primera vez en más de un siglo (la famosa crisis de 1998 fue un impago en deuda doméstica). Esta es una de las consecuencias visibles de las sanciones que ha impuesto Occidente de forma masiva sobre Rusia tras el inicio de la guerra contra Ucrania.
McDonald's se marcha definitivamente de Rusia. La compañia ha comunicado a sus franquicias en el país que pone a la venta sus 850 y que después de tres décadas se retira debido a la guerra. "Se trata de un asunto complicado, sin precedentes y con profundas consecuencias", escribió Chris Kempczinski, director general de McDonald's, en un mensaje dirigido a las franquicias.
Evitar el default se está convirtiendo en una yincana para Rusia. El país liderado por Vladimir Putin, que está menos de medio mes de poder acabar en incumplimiento de deuda, ha acelerado para lograr cumplir los plazos y ponerse al día con sus acreedores a pesar de que las sanciones de Occidente están convirtiéndose en un verdadero quebradero de cabeza a la hora de conseguirlo.
La gran artífice de que la economía rusa haya aguantado el primer embate de las sanciones impuestas por la guerra de Ucrania, la presidenta del Banco Central de Rusia, Elvira Nabiúllina, advirtió este lunes ante los diputados de la Duma Estatal que las reservas del país se acaban y la verdadera crisis llegará entre el segundo y el tercer trimestre de este año.