Fue Nicolas Sarkozy,el presidente de Francia en 2008, quien tuvo claro que no había gobierno en el mundo capaz de hacer frente al tsunami financiero desatado tras la quiebra de Lehman Brothers. Apenas un mes después, Sarkozy movilizó a los principales líderes mundiales para que en el marco del G20, e invitados adicionales como España, abordaran conjuntamente el reto de salir de la crisis.
"El jueves [18 de septiembre], a las once de la mañana, la Reserva Federal (Fed) advirtió una enorme disminución de las cuentas del mercado monetario en EE UU: dinero por valor de 550.000 millones de dólares fue retirado en cuestión de una hora o dos. El Tesoro abrió su ventanilla para ayudar e inyectó unos 105.000 millones de dólares en el sistema, pero pronto se dio cuenta de que no podía detener la marea. Estábamos teniendo una afluencia masiva electrónica en los bancos.
Vivimos tiempos de incertidumbre. Algunos de los principales elementos que dieron seguridad y sentido de pertenencia a las generaciones anteriores hoy hacen aguas sin haber sido sustituidas por nuevas certezas. Esto ha fracturado nuestras sociedades y las ha sumido en la ansiedad y la agitación. En España, a esta crisis generalizada se le suma la incapacidad escandalosa de las élites tradicionales y la ausencia, digámoslo claramente, de una estrategia como país para las próximas décadas.
Todo comenzó un 9 de agosto de 2007, cuando BNP Paribas suspendió tres fondos inmobiliarios porque no podía determinar su valoración. La noticia pasó en general desapercibida. Excepto para los medios especializados, como elEconomista. Un año después, la caída de Lehman Brothers fue el pistoletazo para lo que la mayoría de los economistas denominan como la Gran Recesión.