El proyecto EMBRYO (Engaging pupils into manufacturing: from valleys and local approach to international level) se ha puesto en marcha con el objetivo de acercar a la juventud al mundo de la manufactura y cuenta con la colaboración de Ikastolen Elkartea. El proyecto se llevará a cabo con estudiantes de 4º de la ESO y estarán implicados tanto el propio profesorado del centro de secundaria como representantas de Ikastolen Elkartea y docentes de Mondragon Unibertsitatea.
Acabamos de pasar el 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, y los datos nos dicen que hay poco que celebrar y mucho que reivindicar. Al menos eso ocurre en ámbitos como las ingenierías. Si nos fijamos en la evolución de alumnas matriculadas en informática en España de 1985 a 2019, vemos que en el primer año del que se tienen datos (curso 1985-86) se matriculó un 30,12 % de mujeres. En el 2018-19 la cosa había caído hasta el 13,17 %.
El grupo empresarial Danobatgroup se ha sumado al patrocinio de los premios Ada Byron a la Mujer Tecnóloga, que concede anualmente la Universidad de Deusto, con el objetivo de reforzar su compromiso con el desarrollo del talento profesional, la promoción de las vocaciones científicas y tecnológicas femeninas y la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.
Ayer se llevó a cabo la Jornada “Perspectivas sobre la Educación en las disciplinas STEM”, organizada por ISEA S.COOP. El propósito de esta Jornada era reflexionar sobre:
En la actualidad asistimos a siguiente paradoja: mientras las empresas experimentan crecientes dificultades para captar profesionales preparados, en paralelo se constata una falta de vocaciones en las disciplinas científico-técnicas.
Así, entre 2010 y 2017 las matriculaciones en estudios de ingeniería y arquitectura descendieron en el estado español un 28%. Este déficit presenta una clara perspectiva de género: En el año 2015, el 24% del alumnado matriculado en las carreras técnicas fueron mujeres.
En la actualidad asistimos a siguiente paradoja: mientras las empresas experimentan crecientes dificultades para captar profesionales preparados, en paralelo se constata una falta de vocaciones en las disciplinas científico-técnicas.
Así, entre 2010 y 2017 las matriculaciones en estudios de ingeniería y arquitectura descendieron en el estado español un 28%. Este déficit presenta una clara perspectiva de género: En el año 2015, el 24% del alumnado matriculado en las carreras técnicas fueron mujeres.
Gaur egun, honako paradoxa hau dugu: enpresek gero eta zailtasun handiagoak dituzte prestatutako langileak atzemateko, eta, aldi berean, diziplina zientifiko-teknikoetan bokazio-falta dago.
Hala, 2010etik 2017ra bitartean, ingeniaritzako eta arkitekturako ikasketen matrikulazioak % 28a jaitsi ziren Espainian. Defizit horrek genero-ikuspegi argia du: 2015ean, ikasketa teknikoetan matrikulatutako ikasleen % 24a emakumeak ziren.
En la actualidad asistimos a siguiente paradoja: mientras las empresas experimentan crecientes dificultades para captar profesionales preparados, en paralelo se constata una falta de vocaciones en las disciplinas científico-técnicas.
Así, entre 2010 y 2017 las matriculaciones en estudios de ingeniería y arquitectura descendieron en el estado español un 28%. Este déficit presenta una clara perspectiva de género: En el año 2015, el 24% del alumnado matriculado en las carreras técnicas fueron mujeres.
Los jóvenes españoles dan la espalda a los estudios científico-tecnológicos, lo que se conoce como STEM por su acrónimo en inglés (Science, Technology, Engineering and Mathematics). Las matriculaciones caen en carreras como Ingeniería y Arquitectura (un 28% en el periodo comprendido entre los cursos académicos 2010 /2011 y 2016/2017), en un momento en el que hay más de 10.000 vacantes en el sector tecnológico en España, según datos de la asociación DigitalES.
Estudiar una ingeniería casi garantiza un buen sueldo, un trabajo estable y una gran proyección laboral y creativa. Y, sin embargo, los estudios técnicos ha encallado en España y medio planeta cuando más se necesita a estos profesionales. En 2018 estudiaban un grado 2.600 potenciales ingenieros y 7.600 arquitectos menos que en 2015, en el último caso por la crisis del ladrillo.