El reciente éxito en las elecciones europeas del partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD), que se alzó en segunda posición por detrás de los conservadores CDU/CSU y por delante de los socialdemócratas, ha hecho que se extienda el nerviosismo entre los principales empresarios del país, que advierten que los objetivos del partido podrían poner en peligro a Alemania como lugar de negocios.