Los malos presagios se han cumplido. El Reino Unido cerró 2023 con el presentimiento de que iba a entrar en recesión, y este jueves la estadística lo ha confirmado.
La libra esterlina afronta su particular y shakespeariano 'invierno del descontento'. Su tibia recuperación tras hacer propósito de enmienda fiscal el gobierno conservador británico no camufla una debilidad persistente que evidencia los problemas económicos del país.
La persistente incertidumbre monetaria y financiera ha visto aparecer una nueva fuente de inestabilidad que no todos esperaban: Reino Unido, sus finanzas y la libra esterlina. Una cadena de errores desde el Brexit de 2016 que han culminado en agudas tensiones. Los inversores han olido sangre y han huido despavoridos. El miedo no ha remitido a pesar de las extraordinarias medidas del Banco de Inglaterra comprando bonos soberanos y libras y de la reacción del gobierno de la primera ministra Liz Truss.
El Gobierno británico ha destituido al ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, después de la reforma fiscal que ha hecho saltar por los aires la situación financiera en Reino Unido.
El mítico inversor George Soros fraguó su leyenda con una agresiva apuesta contra la libra esterlina, que torció el brazo al poderoso Banco de Inglaterra. Justo cuando se cumplen 30 años de aquel evento (sucedió en septiembre de 1992) otro gestor de fondos está siguiendo los pasos de Soros. Y se está haciendo de oro.
Las empresas energéticas británicas suspiran por un rescate estatal. Con las facturas medias anuales de los clientes ya un 50% por encima de su nivel de 2021, compañías como EDF y Centrica quieren que los políticos aprueben un paquete de ayudas que, en teoría, podría superar los 100.000 millones de libras (118.000 millones de euros).
La "masacre absoluta" a la que se enfrenta el sector energético británico ante la subida desbocada de los costes se está sintiendo de lleno en la industria del metal. El presidente de la asociación de manufactureros Make UK, Stephen Phipson, alertó este jueves de la terrible situación a la que se enfrenta el sector, cuyos costes han llegado a cuadruplicarse en cuestión de un mes.
La subida de los precios de la energía sigue haciendo especial daño en Reino Unido. El mercado energético del país se enfrenta a una "masacre absoluta" que podría llevar a la quiebra a al menos 20 proveedores sólo en el próximo mes, alerta Keith Anderson, director ejecutivo de Scottish Power, firma escocesa que es propiedad de la española Iberdrola.
Reino Unido ve cada vez más cerca el fantasma de la recesión económica. Los tres principales sectores de la economía británica (los servicios, la industria y la construcción) han sufrido en julio un severo frenazo por la victoria del Brexit en el referéndum del pasado 23 de junio.