Cuando Alfredo recoge a un cliente en su Tesla Model 3 por las calles de Madrid, los comentarios no tardan ni un segundo en llegar. Menuda pasada de coche. ¿Y esa pantalla? ¿Qué modelo es? ¿Cuánto cuesta? ¿Cómo se abre la puerta? Él mira resignado por el retrovisor y confiesa la verdad ante el asombro de los pasajeros. "No me volvería a comprar un Tesla en mi vida.