El metal más valioso del mundo no es el oro, ni la plata, ni el platino, era claramente el rodio. Esta escasa materia prima tiene un uso muy concreto, es necesaria para los catalizadores de los vehículos, que permiten que los coches de combustión emitan menos contaminación. Con las normativas de la UE, China y EEUU para limitar las emisiones, este material vivió un ascenso frenético como pocos se recuerdan en 2021, llegando a multiplicar por seis su valor.