Economistas del mundo académico critican que no se puedan calcular los futuros ajustes en la cuantía de las prestaciones y eso impide tomar decisiones de ahorro.
El Consejo de Ministros ha aprobado este martes el anteproyecto de ley de planes colectivos de pensiones de empleo, que bajo batuta pública y con unas comisiones limitadas los promoverá como alternativa a los planes individuales, los más extendidos hoy entre la población.
Las pensiones son un material electoralmente inflamable. Se comportan con la mansedumbre de un mar de gasolina, hasta que la chispa de la incertidumbre las convierte en un océano llameante. Y ese fuego puede abrasar a cualquier gobierno. Casi nueve millones de electores tienen más de 65 años y otros seis millones ingresarán en ese tramo de edad en la próxima década. Pero el problema (electoral) no son ellos. Entre los mayores de 65 años, la preocupación por su pensión no supera hoy el 8% y la mitad de todos ellos juzgan satisfactoriamente la gestión de las pensiones, según el CIS.
El Gobierno ha vuelto a entrar en una espiral de confusión en torno a sus medidas para reequilibrar el gasto en pensiones a través de dos años de sucesivas reformas, las que se negocian actualmente con los agentes sociales y las que se discutirán el año que viene Dos paquetes que exige la Unión Europea y que deben tener como efecto la sostenibilidad del sistema ahora que comienzan a jubilarse las primeras cohortes del baby boom.
La reforma de las pensiones es una de las grandes olvidadas con la pandemia. Pero el Instituto de Actuarios Españoles –que son los economistas expertos en el cálculo del riesgo y las incertidumbres y sus repercusiones financieras— publicó ayer la actualización de su estudio que analiza el equilibrio, la generosidad y la equidad del sistema español de pensiones. Y la principal conclusión es que “a grosso modo, en el sistema de pensiones de jubilación contributivo español, todo el mundo recibe más de lo que aporta”.
El dato de afiliados ocupados cayó en abril hasta los 18,39 millones como consecuencia de la crisis del coronavirus, mientras que el número pensionistas está en 8,88 millones.
En plena crisis del sistema público de pensiones y ante el incremento de las dudas de la población sobre si llegará a cobrar subsidio tras su jubilación, la banca aprovechó 2019 para relanzar su oferta de planes de retiro y elevar un 4,1% los fondos gestionados. La cifra supone en total la captación de casi 3.500 millones de euros en un solo año, tres veces más que los ingresos obtenidos en el conjunto de 2018.
Los complementos de ahorro para la jubilación han entrado en la negociación del Pacto de Toledo, y el modelo de planes de pensiones que ya se encuentra implantado en el País Vasco, es el que más convence a los grupos presentes en la Comisión. Tanto es así, que la recomendación 16, la que trata el fortalecimiento de otros pilares de cara al retiro laboral, abogará por exportar este modelo al resto del tejido productivo español.