La decisión de los órganos de dirección de las cooperativas Orona y Ulma de proponer a sus socios abandonar la Corporación Mondragon, bajo el pretexto de ganar autonomía y poder de decisión por el desacuerdo que mantienen con una serie de medidas de carácter financiero y de distribución de los fondos corporativos entre las empresas del grupo que se plantean desde la cúpula para su discusión en el Congreso, que se celebrará el próximo día 15, no deja de ser más que el final de una
Desde hace algo más de un decenio se viene advirtiendo de un fenómeno aparentemente contradictorio: la expansión cuantitativa de la democracia y su deterioro cualitativo.
La falta de correspondencia entre la severidad de la crisis económica y la eficacia de las respuestas de política económica es un riesgo en sí mismo. Está siendo la principal fuente de alimentación de esa neurótica volatilidad de los mercados financieros. Los mercados nos están diciendo que la gravedad de la crisis es mucho mayor que la que asumen las instituciones que han de adoptar decisiones para neutralizarla. Los inversores tienen hoy menos prejuicios que los ministros de Hacienda. Cotizan la decepción.
Durante prácticamente toda la historia de la Humanidad, la riqueza ha provenido de la explotación de los recursos agrícolas: la tierra fértil y el agua. La actividad del sector primario iba acompañada de cierto grado de innovación tecnológica en los procesos (barbecho, acequias), herramientas y materiales (semillas), para obtener una mayor productividad. Por otra parte, conforme el sector ganaba escala se hacían necesarias inversiones en bienes de equipo e instalaciones como molinos y almazaras.