Un potente láser consigue desviar rayos hacia el cielo para evitar su impacto

Desde junio de 1752, hace casi 271 años, la principal protección de los edificios y de sus habitantes frente a las potentes descargas de los rayos descansa en un invento de Benjamin Franklin: el pararrayos. El también político e intelectual nacido en Boston demostró que las nubes están cargadas de electricidad volando una cometa de armazón metálico y con una llave atada que atrajo una descarga.

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