Los principales problemas de un mundo cada vez más interconectado y turbulento confluyeron ayer sobre las mesas de los líderes del G-20, que celebraron en Roma la primera de las dos jornadas de trabajo previstas. Cambio climático, pandemia, cadenas de suministro o impuestos globales para sociedades fueron algunos de los temas abordados por los mandatarios en la sesión plenaria y por los negociadores fuera de los focos.