In recent years, American officials have spoken publicly at great length about competition with China. In February, U.S. President Joe Biden declared in his State of the Union speech that the United States seeks “competition, not conflict” with China. But despite all the speeches, press conferences, and panel discussions, policymakers have not directly answered an essential question: What is the outcome they seek in this competition? When pressed, they often highlight the result the United States hopes to avoid: a new cold war or, even worse, a hot one.
Kabul ha vuelto a la Edad Media. Qué equivocado estaba Francis Fukuyama, politólogo norteamericano, autor del libro El fin de la historia (1992) que proclamó que, después de la caída del muro de Berlín, el mundo entraría en un largo proceso de estabilidad y convergencia hacia un modelo social y económico único, caracterizado por el capitalismo y la democracia liberal.
A finales de julio, la mayoría de los países desarrollados lograron reducir sus tasas de contagio por coronavirus (COVID-19) muy por debajo de sus picos iniciales. Sin embargo, en EE. UU. el número de nuevos casos diarios volvió a niveles récord y sigue aumentando.
