El 26 de septiembre de 2022 sismólogos suecos registraban varias explosiones durante un periodo de 17 horas cerca de la isla danesa de Bornholm. Cuando las autoridades se acercaron a la zona vieron gran cantidad de burbujas que luchaban por salir a la superficie. Era una enorme fuga de gas. Alguien había volado los Nord Stream, dos gasoductos que transportaban gas de Rusia a Europa directamente a través del báltico.