Las elecciones franceses que alzaron a Emmanuel Macron en 2017 tuvieron un fuerte componente europeo. Y la Presidencia gala que da su pistoletazo de salida el 1 de enero cuenta con un gran impacto nacional. París asume las riendas de la UE en un momento de máxima tensión dentro y fuera de las fronteras europeas. Y lo hace coincidiendo con un hito que marcará buena parte del futuro inmediato del proyecto europeo: comicios generales para elegir al próximo inquilino de El Elíseo.