Las causas de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) son todavía un misterio para la ciencia y, por eso, no existe un tratamiento eficiente para los pacientes que conviven con esta devastadora enfermedad neurodegenerativa. Tarde o temprano, las personas diagnosticadas con este trastorno dejan de poder caminar, hablar, comer y, al final, respirar por la muerte progresiva de las neuronas responsables del movimiento muscular.