No hay más que salir a la calle para intuir el movimiento de placas tectónicas que conforman la demografía y la economía mundial en las próximas décadas. Toparse con unos padres primerizos empieza a ser tarea ardua en los barrios más envejecidos de Madrid, Roma, Seúl o Tokio, donde los andadores y los bastones superan por mucho a los carritos de bebé. Y donde los vendedores de productos infantiles se las ven y se las desean para seguir adelante. La selección de ciudades no es arbitraria: los dos epicentros de este terremoto sin precedentes están en Europa del Sur y en el Asia rica.