Objetivo: paralizar el país. Que no circule un solo tren o autobús ni despegue un avión. Los sindicatos alemanes echan el próximo lunes un pulso a las autoridades con una huelga a gran escala que va a obstaculizar los desplazamientos en prácticamente todo el país. El sindicato del sector público, Ver.di, junto con el de los trabajadores ferroviarios, EVG, han convocado paros en los trenes de larga distancia, regionales y en todo el transporte local, además de los aeropuertos, puertos y en las autopistas.
El Gobierno alemán ya no cree que la crisis energética vaya a sumir a la mayor economía de Europa en una recesión este año. Al menos no en una recesión como la que preveían los institutos económicos y el propio Ejecutivo hace solo unos meses.