Cada vez hay más evidencias, sobre todo en modelos animales, de que la diversidad y composición de la microbiota intestinal (el conjunto de microorganismos que viven en nuestro intestino) puede influir de alguna manera en la actividad cerebral y el comportamiento. Ahora acaban de salir a la luz dos estudios que confirman que la diversidad de la microbiota intestinal está involucrada de alguna manera en trastornos del estado de ánimo.