Estamos pegados al móvil día y noche, invierno o verano, también en vacaciones; de poco sirve la voluntad de regular la llamada "desconexión digital" si no se respeta. Muchos trabajadores de cualquier escala laboral se mantienen enganchados al correo o al chat corporativo, y el cansancio hace que bajen la guardia y caigan en trampas más o menos elaboradas. No es sólo "culpa" del trabajador, sino también de su empresa o corporación.