Quizá haya quien considere cursi lo de regalarse rizos, bucles y mechones de pelo, y atesorarlos luego en una cajita, atados con una cinta de raso. Sin embargo, gracias a esa costumbre romántica (del Romanticismo alemán, no de los culebrones) podemos ahora conocer más detalles de la combinación de factores –cirrosis, hepatitis B y consumo de alcohol– que contribuyeron a la muerte en 1827, con solo 56 años, de uno de los mayores genios de la música: Ludwig van Beethoven.