Cuando hablamos de la planta de Seat en Martorell, de Volkwagen en Landaben, de Ford en Almussafes, de Opel (Stellantis) en Figueruelas, de Renault en Palencia o Valladolid y de Citroën (Stellantis) en Vigo o Villaverde, sentimos ese orgullo patrio de nombrar a algunas de las mejores fábricas de automóviles de Europa.