Cada nuevo gran experimento para entender el universo es como un capítulo de una novela muy larga. La pieza más reciente puesta a disposición del público ha corrido a cargo de la colaboración DESI, el mayor experimento desde que la humanidad investiga el cosmos.
¡Atención! ¡Atención! El escurridizo gravitón puede haber sido acorralado, según cuentan Jiehui Liang, de la Universidad de Nanjing, y sus colaboradores, en un artículo publicado en Nature. Pero ¿a qué viene tanta admiración?
Un equipo internacional de astrónomos acaban de realizar un sorprendente descubrimiento usando el telescopio espacial James Webb: han detectado material orgánico complejo en estructuras de hielo en órbita alrededor de dos protoestrellas. El excepcional hallazgo abre una nueva puerta para comprender los orígenes de la vida en el universo y el papel que los cometas pueden tener en la transmisión de los bloques fundamentales de la vida en sus sistemas planetarios.
Un equipo internacional liderado por astrónomos del Observatorio de Tartum en Estonia, ha identificado 662 supercúmulos de galaxias, destacando un 'peso pesado' que mide 360 millones de años luz.
Los supercúmulos, similares a vastas ciudades metropolitanas en el espacio, representan las colecciones y cúmulos de galaxias más grandes y masivos del universo.
El agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea está girando tan rápido que está deformando el espacio-tiempo que lo rodea en una forma que puede parecerse a una pelota de fútbol.
Esto significa que este tranquilo agujero negro <strong>esté listo para despertar, según concluye un nuevo estudio que combina datos del Observatorio de rayos X Chandra de la NASA y el Karl G. Jansky Very Large Array (VLA) de la NSF (National Science Foundation).
Pese a que se formó tan sólo 400 millones de años después del Big Bang, es un agujero negro supermasivo. Su enorme masa desafía lo que hasta ahora se creía sobre estos objetos, pues tendría que haber tardado miles de millones de años en formarse.
Datos de la encuesta astronómica SDSS (Sloan Digital Sky Survey) han revelado un anillo de galaxias de 4.000 años luz de longitud y un diámetro de 1.300, que desafía suposiciones básicas de la cosmología.
El Gran Anillo del Cielo está a 9.200 millones de años luz de la Tierra. Si pudiéramos salir y verlo directamente, el diámetro del Gran Anillo necesitaría unas 15 Lunas llenas para cubrirlo.