En 2011, el mercado español produjo 664.900 toneladas de residuos de aparatos electrónicos, pero sólo el 30% recibió un tratamiento adecuado, según datos que se han conocido en el reciente foro europeo WEEE. Esta situación, que genera situaciones de riesgo para la salud pública, es aún más grave vista a escala global, donde países como China o Brasil empiezan a sufrir los efectos secundarios de ser dos de las principales economías emergentes.