Énfasis en los beneficios empresariales y la productividad. ¿Hacía falta que se reunieran en Davos 3.000 líderes mundiales para que, lo obvio, volviera a estar de moda? El World Economic Forum (WEF), reunido en Davos, ha vuelto a destacar lo fundamental: para que la economía funcione, las empresas deben generar riqueza y empleo. ¿Era necesario el Foro de Davos para esto?
¿El sistema económico más exitoso del mundo necesita una reforma? En una palabra, sí. Vale la pena reparar ese motor fiable de crecimiento y prosperidad que es el capitalismo. El consenso sobre cómo hacerlo es sorprendentemente alto entre la nueva generación de líderes empresariales.
¿El sistema económico más exitoso del mundo necesita una reforma? En una palabra, sí. Vale la pena reparar ese motor fiable de crecimiento y prosperidad que es el capitalismo. El consenso sobre cómo hacerlo es sorprendentemente alto entre la nueva generación de líderes empresariales.
En Capitalismo nada más, que publica la editorial Taurus, el economista Branko Milanovic afirma que el capitalismo domina el mundo y explica que existen dos modelos antagónicos: el modelo de capitalismo político, representado por China, con fuerte influencia política y altos niveles de corrupción, y el modelo de capitalismo liberal meritocrático, que tiende hacia la concentración de riqueza y la desigualdad.
Escalada de guerras infinitas, catástrofes medioambientales, niveles sin precedentes de desigualdad social y regímenes autoritarios inderrumbables. Estas son algunas de las consecuencias que el lingüista, politólogo y activista estadounidense Noam Chomsky asocia al sistema económico predominante en la actualidad, sobre el que reflexiona en ‘Las consecuencias del capitalismo’ (Bellaterra Edicions).
«Es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo”, escribió el filósofo Fredric Jameson. Desde que, con la caída de la Unión Soviética, el mundo dejó de dividirse entre capitalismo y comunismo, vivimos, salvo pequeñas excepciones, en un planeta donde el sistema capitalista no tiene rival. Han quedado atrás las profecías de la izquierda que, desde Karl Marx, consideraban que el capitalismo estaba preñado del germen de su propia destrucción.
The marriage of democracy and capitalism has been arguably the greatest force for good in history, giving the creativity and enterprise of talented individuals the freedom to generate value in which all of us can share. History also shows, however, that this system’s continued survival cannot be guaranteed.
El debate sobre la necesaria refundación del capitalismo lleva ya bastantes meses instalado en todo el tejido socioeconómico estadounidense, y en él han venido tomando parte activa todos los agentes socioeconómicos aportando cada uno su visión, pero también sus obvios intereses a cada cual más contrapuesto.