SMART CITY

El término Smart City o ‘ciudad inteligente’ se refiere al hecho de integrar infraestructura TIC en el espacio cotidiano con el objetivo de mejorar la sostenibilidad de la ciudad y la calidad de vida de sus habitantes, mediante la gestión dinámica e inteligente de servicios, transportes, emergencias, recursos, gobernanza, etc.

El término en sí es suficientemente amplio y genérico como para abarcar aplicaciones muy diversas y, al igual que otros como ‘green’ o ‘eco’, se abusa de él como una moda bajo la cual colocar todo tipo de productos. Pero no conviene olvidar que en el fondo hay una importante tendencia social y tecnológica que dará lugar a enormes oportunidades de negocio en distintos ámbitos:

  • A nivel de dispositivo: En la ciudad inteligente del futuro cada dispositivo será inteligente y estará comunicado: lámparas que se autorregulan y emiten mensajes de mantenimiento, fuentes que controlan la calidad y cantidad del agua, semáforos que detectan y avisan de congestiones, etc.

 

  • A nivel de componentes: Los sistemas empotrados, sensores de todo tipo, sistemas de comunicaciones para crear grandes redes (cableadas, inalámbricas, wifi, bluetooth, zigbee, etc), nodos centrales de control, interfaces para la operación y gestión del sistema, paneles públicos, aplicaciones para su acceso mediante web, smartphone, etc.

 

  • Integración: El diseño de aplicaciones concretas integrando estas tecnologías y componentes. Su instalación, mantenimiento y operación.

 

  • Servicios: No somos capaces de adivinar a día de hoy el tipo de servicios que serán demandados de aquí a diez o veinte años, cuando estas tecnologías sean realidad y toda la ciudad esté repleta de dispositivos inteligentes y comunicados, incluyendo los coches y nosotros mismos. Los más básicos ya empiezan a aparecer: gestión de aparcamientos, control del tráfico, emergencias, servicios específicos para mayores o discapacitados, seguridad y videovigilancia, comerciales (ofertas a clientes basadas en sus perfiles y su localización), y un largo etcétera.


Se están organizando numerosas iniciativas empresariales para abordar esta oportunidad de negocio, bien desde una escala global, como por ejemplo IBM con su Smart Planet, o bien desde un enfoque más local, como pueda ser por ejemplo ASEPI, la Asociación Empresarial Innovadora del Pavimento Inteligente, un cluster de empresas y centros que propugnan la utilización del propio pavimento como emplazamiento para los sensores y nodos de comunicaciones, y que ya empieza a instalar alguna aplicación piloto.

Lo que está claro es que una tendencia tan transversal como la smart city demanda la cooperación interdisciplinar entre los fabricantes de componentes del sistema, los integradores, y los diseñadores de las aplicaciones, con el objeto de ofertar soluciones integradas.

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