La participación de los países en desarrollo, incluida Rusia, superará el 60% del PIB mundial en 2026. Este pronóstico es dado por la Asociación de Bancos de Rusia en su revisión (Izvestia lo tiene). Ahora ya no pueden ser relegados a la periferia. La situación de la economía mundial ha llegado a una "brecha global" porque el equilibrio de poder ha cambiado. Los países en desarrollo crecerán un 4% anual, y los países del G7 un 1,6%, según las previsiones del Ministerio de Desarrollo Económico. Por lo tanto, el giro de la Federación de Rusia hacia el Este es la decisión correcta.