El papel es un material que en los últimos años parece haber ido desapareciendo. Es cada vez menos común entregar archivos impresos, ya sea en un ámbito de trabajo o estudiantil. El correo electrónico ha sustituido en parte al correo postal y cada vez más trámites burocráticos se pueden hacer a través de una página web.

Muchas ciudades del mundo vieron hace poco cómo miles de personas formaban cola para que un orbe futurista les escaneara el iris a cambio de bitcoins. La sorpresa pronto dejó paso a la duda sobre la conveniencia de vender datos biométricos a empresas o sobre si abría la puerta a la suplantación de la identidad. Y, como consecuencia, también a mucha desconfianza hacia la Inteligencia Artificial. Pero Helga Nowotny (Viena, 1937), doctora en sociología y experta en este tipo de tecnología, asegura que esto no es nuevo.

La industria experimenta una época de transición hacia prácticas más sostenibles que, en el ámbito de los lubricantes, responsables de garantizar el correcto funcionamiento de maquinarias y equipos en diversos sectores, impulsa a los fabricantes a buscar alternativas más seguras y respetuosas que reduzcan la huella ambiental y que sean respetuosos con el entorno.